EN UN JARDIN PERDIDO
Enclavado en la falda de un monte
Dedico con paciencia un suspiro
Al pensamiento de abstracción contenida
En la figura de un Edén que ya he perdido.
Observo la frondosidad de sus jardines
En mis paseos solitarios matutinos,
Y en compañía de la brisa mañanera,
Con el roce en mi piel, parece hablar conmigo.
Acompasando mí paseo por sus caminos
De veredas olvidadas por antiguos campesinos
Que en su día, transitaban para llegar a su destino.
Caminos ocultos de Rosales y Acacias
Sendas cubiertas por Jara y Tomillo.
Allí me encontraba, en mi jardín perdido