Lo cierto es que nos pasamos
buena parte de la vida soñando y todavía para nosotros, soñar sigue siendo un
enigma, porque no sabemos para qué y por qué soñamos.
Lo que si es cierto es que
mientras soñamos nos evadimos de la realidad y nos encontramos en otra dimensión donde
las cosas son más fáciles, una dimensión donde nuestro cuerpo puede desafiar la
fuerza de gravedad, no se cansa, no tiene limitaciones físicas, psicológicas ni
sociales, tampoco culpa ni vergüenza y donde no existe ni el espacio ni el
tiempo.
Los sueños, para muchos, han
sido premonitorios, reveladores, anticipa torios, creativos y hasta
terapéuticos.
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