sábado, 28 de julio de 2012

PORQUE ESCRIBO




Escribo porque soy sensible al arte, para mí, el atardecer es un poema.
Esculpo párrafos cual frío mármol, y algunos son cálidos como hoguera.
Las voy describiendo en mis versos, y las palabras nunca se terminan,
voy expresando aquello que siento, y solas se convierten en poesía.

Puedo plasmar y recrear lo que anhelo, cuando brillan las ideas en mi mente,
lo que odio, lo que adoro y lo que temo, se presentan así rápidamente.
Me entrego con pasión a las letras, porque me calman y me trasportan,
es un amor que de mi alma brota, y me inspira a describir los sentimientos

Escribo y olvido el paso acelerado del tiempo,
porque el día que deje de escribir seguiré en mis poemas viviendo.
Son incondicionales las palabras, que a mi pensamiento traen la calma,
que brillan como el sol de media tarde, y sosiegan y consuelan a mi alma.
 

LA ORILLA DEL RIO


SÓLO la soledad resuena larga igual que el viento. Desde el vacío las palabras, nos poseen desnudos en su centro abrasado y en él nos des engendran para hacernos nacer. Escucha como en la soledad despierta, inaudible, la pura raíz del aire. Observa la velocidad de las nubes en movimiento contempladas exhorto en el plano horizontal de nuestro cuerpo, en ese tiempo placido de contemplación en el que la soledad es la única musa reinante de nuestro universo.
En ese sueño me transporto a la orilla del rio, en el balanceo cansino de de los álamos está mi contemplación, entre rama y rama, a una velocidad inusual pasa veloz en su montura al viento esa algodonosa nube veraniega
En ese vaivén de los juncos y acacias mis ojos se van cerrando en su contemplación, como un baile a ritmo de danza cansina se mueve acompañado con el croar de algunas ranas saltarinas que perturban de vez en cuando el silencio envolvente del momento. Ese ruido del agua con la dureza de las piedras, ofrecen la nota musical que me absorbe con el ronroneo de la corriente con sus notas musicales de la orquesta natural, de música natural, de ritmos naturales como la vida misma.

domingo, 15 de julio de 2012

Nana Mouskouri - Un viejo amor




No duermo, ni espero dormir.
Ni en la muerte espero dormir.
Me aguarda un insomnio de la amplitud de los astros y un bostezo inútil,
extenso como el mundo.
No duermo; no puedo leer cuando me despierto de noche.
No puedo escribir cuando me despierto de noche,
No puedo pensar cuando me despierto de noche.
¡Dios mío, no puedo ni soñar cuando me despierto de noche!
¡Ah, el opio de ser cualquiera otra persona!
No duermo; yazgo, cadáver despierto, sintiendo,
Y mi sentir es un pensamiento vacío.
Pasan por mí, trastornadas, cosas que me sucedieron;
Todas aquellas de las que me arrepiento y me culpo;
Pasan por mí, trastornadas, cosas que no me sucedieron:
Todas aquellas de las que me arrepiento y me culpo;
Pasan por mí, trastornadas, cosas que no son nada,
Y hasta de esas me arrepiento, me culpo, y no duermo.
Carezco de fuerza para tener la energía de encender un cigarrillo.
Contemplo la pared de enfrente de mi cuarto como si fuera el universo.
Fuera hay el silencio de esa cosa total.
Gran silencio aterrador en otra ocasión cualquiera,
En otra ocasión cualquiera en la que pudiera sentir.
Estoy escribiendo unos versos realmente simpáticos:
Unos versos que dicen que nada tengo que decir,
Unos versos que insisten en decirlo,
Versos, versos, versos, versos, versos...
Tantos versos...
Y la verdad entera y la vida entera, ¡fuera de los versos y de mí!
Tengo sueño y no duermo, siento y no sé qué sentir.
Soy una sensación sin la correspondiente persona,
Una abstracción de autoconciencia sin de qué,
Salvo de lo necesario para sentir conciencia,
Salvo - yo qué sé salvo qué...
No duermo. No duermo. No duermo.
¡Qué sueño tan grande en toda la cabeza, y sobre los ojos, y en el alma!
¡Qué sueño tan grande en todo, salvo en poder dormir!
Oh amanecer, tardas tanto... ven...
Ven inútilmente
A traerme otro día igual a éste, seguido de otra noche igual a ésta...
Ven a traerme la alegría de esta esperanza triste,
Porque siempre eres alegre y siempre traes la esperanza,
Según la vieja literatura de las sensaciones.
Ven, trae la esperanza, ven, trae la esperanza.
Mi cansancio penetra hasta el fondo del colchón.
Me duele la espalda por no estar acostado de lado.
Si estuviera acostado de lado,
me dolería la espalda por estar acostado de lado.
Ven, amanecer, ¡llega!
¿Qué hora es? No lo sé.
No tengo energía para tender la mano hasta el reloj,
No tengo energía para nada, para nada de nada...
Sólo para estos versos, escritos el día siguiente.
Sí, escritos el día siguiente.
Todos los versos se escriben siempre el día siguiente.

sábado, 14 de julio de 2012

LOS SABORES DE LA VIDA





LOS SABORES DE LA VIDA

La vida es mezcla desigual de azúcar y sal ,
Es un poco de arena con una pizca de cal ,
Es dulce agua de rio que va al salado mar.

Todo en la vida es como el ying y el yang,
En el corazón algo de bien entre tanto mal
Igual que la incomprensible lluvia con sol ,
La misma mezcla que la leche con alcohol.

Como la flor que crece en el paredón ,
Otorgando el amor a un paso del odio ,
La vida es como los mares, como los ríos ,
Como el calor y el frio; o el viento o la lluvia.
Así es mi vida, un desafío…

Mis armas son, el fuego como abrigo ;
la luna y el sol…las nubes, las estrellas
y por montera mi propia constelación…

Mi fortaleza… un jardín en medio del bosque
con flores que no conoces ;
tengo el alma colmada de sueños,
tengo el cuerpo buscando el deseo
tengo las rimas, la cabeza y el corazón…
Los sabores de la vida los sentimientos son….





En el parque



REGRESO DEL EMIGRANTE
Quizás algún día, cuando pase el tiempo, cuando en el camino amanezca el cielo,
y vuelvan los hombres al natural medio, será una leyenda, será un viejo cuento,
la aventura urbana de los que partieron a extrañas quimeras, a mundanos sueños.
La historia del hombre que se fue del pueblo, que olvidó su tierra, y descubrió el miedo,
la humana injusticia, la ambición, el precio de sentirse extraño, de ser extranjero,
de añorar sin tregua los años primeros, cuando disfrutaba del campo, del tiempo
la sana amistad de los lugareños.
Al fin de su vida, defraudado y viejo, quiere regresar, sentir sus cimientos,
pero ya es muy tarde, sólo tiene un techo, casa o residencia, perdió el de su pueblo
por buscar la dicha, el lujo, el dinero, y morirá solo como un mero objeto,
no hay en la ciudad el cordial entierro: los seres queridos a pie, tras el féretro.

Qué triste es vivir sin humano afecto, sin esa armonía que añora el cerebro,
que brota del alma, que perturba el cuerpo por no conseguirla, por perder su tiempo,
cuando siendo joven se marchó del pueblo, rechazó su casa, rechazó su cielo.
¡Qué triste es morir solo, triste y lejos

Mis cuatro referencias

Índice EPÍLOGO CAPÍTULO PRIMERO: Mis Recuerdos CAPÍTULO SEGUNDO: Mis Sueños CAPÍTULO TERCERO: Mis Temores CAPÍTULO CUARTO: Tu sonrisa     -M...