domingo, 3 de septiembre de 2017

Doble experiencia recibida

CAPITULO SEGUNDO

Itinerario, Doble experiencia recibida

Casi sin darme cuenta el sol se escondió en el horizonte para volver a aparecer unas pocas horas después. Seguía siendo miércoles y aún me quedaba por ver la segunda puesta de sol del día.

En esa tesitura me encontraba yo en mi retrasado viaje. Estaba sobrevolando los 10000 Km que me separaban de mi hogar, mi viaje a Australia estaba a punto de comenzar y al mismo tiempo que acababa de leer uno de los libros que me llevé: "Boomerang: viaje al corazón de Australia" de Xavier Moret. En su última página cuenta la creencia de que si te llevas un boomerang de Australia algún día volverás.

Y es verdad, yo tengo un boomerang colgado en el pasillo de mi casa y he vuelto. He vuelto porque había dejado varias cuentas pendientes: Un monolito perdido en el centro de Australia; el Outback, un desierto de meditación y encuentro con uno mismo y con la naturaleza; y la cultura aborigen, que tanto me atraía desde hacía tiempo. Y todo ello se encuentra en Ayers Rock, o lo que es lo mismo, en Ulluru, que en la lengua aborigen significa “Valle del Doble Atardecer”. Allí se producen atardeceres y amaneceres con dos "soles", y no se trata de ciencia-ficción.

Han realizado descubrimientos de interés a este respecto, en su búsqueda sistemática de sistemas de este tipo. Y desde entonces se ha puesto de manifiesto una diversidad inesperada de sistemas planetarios, la mayoría de ellos muy distintos al Sistema Solar conocido en la actualidad. Todo el espectador que contempla. Tanto el horizonte como el lago y las distintas montañas, van cambiando de color a medida que sale el Sol o se oculta al atardecer… Simplemente se sientan y miran con asombro la maravilla que tienen delante.

Mi doble Amanecer

Prólogo

Abro mis ojos… Y te veo. Redescubro la inmensidad, geografías secretas, latitudes de incógnita belleza, magnas periferias en minúsculos espacios, tórridos paisajes que producen doble experiencia, doble vivencia y doble sentimiento, con idéntica belleza, como los atardeceres y amaneceres con dos "soles", y no se trata de ciencia-ficción… Deslumbran… Y yo me embeleso absorto, observando un Doble Atardecer.

Abro las páginas de tu rostro en las universales letras. De tu contemplación, emerge la palabra que se expande, la palabra pura, círculos que matizan los sonidos, resonantes, ecos que rugen y palpitan en las desembocaduras, artificios de pupilas, cejas, iris amalgamados a la tesitura de un Doble Atardecer, de las caricias, de la ternura incorregible y arrebatadora.

Me acerco… Y leo tus ojos. Libros que vocalizan, que nombran los temblores, que acuerpan la dulzura y la extienden en ligeras redes hasta acosar los mares, hasta posarse en el vértigo mismo de la tierra para sembrarla de vocales, para andarla con la curvatura de diptongos, en las esdrújulas habitadas por quimeras, en los adjetivos onomásticos que cantan, que embellecen con su trino y copla el crisma de tu aroma.

¡He leído tus ojos! Capítulos de bronce, abrazos, resolana… ¡He leído tus ojos! Como la tarde o como un bosque, como la tinta que derrama la pluma entre los dedos, como la uva que sacrifica su figura y luego embriaga y acoge y dulcifica.

Volteo las páginas, las devoro, engullo sus tildes y montañas, escarbo sus comas con las uñas, interrogo a sus interrogantes y admiro, como un perro que mira a la luna en la ventana…Y observo el Doble Atardecer



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Mis cuatro referencias

Índice EPÍLOGO CAPÍTULO PRIMERO: Mis Recuerdos CAPÍTULO SEGUNDO: Mis Sueños CAPÍTULO TERCERO: Mis Temores CAPÍTULO CUARTO: Tu sonrisa     -M...