Escribo porque soy sensible al arte, para mí, el atardecer es un poema.
Esculpo párrafos cual frío mármol, y algunos son cálidos como hoguera.
Las voy describiendo en mis versos, y las palabras nunca se terminan,
voy expresando aquello que siento, y solas se convierten en poesía.
Puedo plasmar y recrear lo que anhelo, cuando brillan las ideas en mi mente,
lo que odio, lo que adoro y lo que temo, se presentan así rápidamente.
Me entrego con pasión a las letras, porque me calman y me trasportan,
es un amor que de mi alma brota, y me inspira a describir los sentimientos
Escribo y olvido el paso acelerado del tiempo,
porque el día que deje de escribir seguiré en mis poemas viviendo.
Son incondicionales las palabras, que a mi pensamiento traen la calma,
que brillan como el sol de media tarde, y sosiegan y consuelan a mi alma.
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