Hola a todos. Poco a poco voy completando mi
blog. En esta ocasión traigo un escrito, que en su día fue muy emotivo
para mí. Se trata de una carta de despedida a Oviedo (España),
ciudad donde viví 12 años de mi vida.
Este artículo es una reflexión sobre la
vida, los caminos que cada uno seguimos y lo
más importante, la gente con la
que nos encontramos. Espero que os guste ahí va.
Vetusta, merece…. Un tratamiento particular.
El agradecimiento especial. Que a la ciudad de
Oviedo, y a su Antiguo, quiero dedicar.
A su gente… al día a día de su pasear. A los años contemplando tus
calles. Tus bares, tus rincones… Tu arrabal, Paladeando tú ambiente al caminar.
Lo hago en el día a día… En mis noches de paseo… Por mi Oviedo… por Vetusta. Por
los lugares donde habito… Por su barrio del Antiguo…
Cruce de caminos: ¡Gracias, Oviedo!
La Plaza del Ayuntamiento, una sidrería, un culin,
unos bígaros y un recuerdo. Paladeando tú ambiente al caminar. Lo hago en
el día a día… En mis noches de paseo… Por
los lugares donde habito… Por su barrio del Antiguo… un hermoso lugar donde
pasear.
Me desplazo junto al Campillín Camino, hacia la calle Carpio y pasando por
la Plaza del Sol, en ella bares antiquísimos
como “el Campa” o el Cafetón… Y junto al Ayuntamiento “La Consistorial”
frente al bar, al arco que da entrada… a la Plaza de Trascorrales… Yo continuo
recto, a la plaza del Ayuntamiento, con la Iglesia de San Isidoro al frente, en
la noche plácida de la añoranza.
Tranquilamente… Mi esposa a mi lado y me hablaba, como siempre de nuestros hijos, de
lo tranquila que se encontraba. Plaza de Trascorrales, y el Fontan. Su
limpieza, su cultura y su forma de hablar.
Su expresión tan particular del ¡oh! Final. Y con esa ironía en tus
bromas, Pueblo Asturiano… Con ese orgullo tan especial, muy atento hay que
estar. Para saber escuchar y saber separar, tu humor con la seriedad de tu
hablar y que en algunas ocasiones, se
convierte en sarcasmo.
Eso sí...
siempre recordaré a Vetusta como si la conociese de siempre. No se debe ser
parco en palabras al expresar este sentimiento. Existen ocasiones en las que
agradecer. Es lo mínimo que podemos hacer. Por el legado heredado de su
educación su cultura y su amistad. Un
bonito agradecimiento escrito. Es lo que
mejor se me da.
“Oviedo”.
Y es que ha llegado el momento del cambio. No puedo decir que soy auténtico, ya que precisamente regreso a la ciudad que me vio nacer, Baena (Córdoba). Pero sí puedo decir que
Oviedo ha sido mi casa durante un largo periodo de años, prácticamente una vida y que ha sido para mí
como una casa compartida con otras muchas personas
que en determinado momento de mi vida, y sus vidas, se alinearon en el camino
y decidieron compartirlo,
durante unos minutos, una tarde o algunos años.
Oviedo ha sido para mí un escenario de encuentros.
En un entorno
donde pudiera parecer que no hay una gran variedad de cosas
para hacer y personas por conocer.
Sin embargo, la realidad es muy diferente, he
podido aprender y disfrutar, conociendo a su vez a una variedad de
personas que abarca variadas edades a infinidad de nacionalidades. Muchos de
ellos se transformaron en amigos que aún hoy conservo.
Y es que, la vida es un cruce constante de caminos personales.
Hay personas que pasan a nuestro lado sin tocarnos a pesar de compartir buena
parte del camino. Otras en cambio y aun en periodos de escasos días dejan una
huella imborrable en nuestro corazón.
Oviedo me ha permitido todos esos encuentros,
todos esos cruces de caminos que me han hecho como soy actualmente, una persona
muy satisfecha de la vida a nivel personal
Ha llegado el momento de partir, en unas horas
cogeré mi coche y me trasladaré para Baena (Córdoba), una nueva vida y otra
porción del camino. Pero antes de que eso suceda quiero volver la vista atrás, y decir, a Oviedo y
todas esas personas con las que me encontré ¡MUCHAS GRACIAS!