lunes, 6 de enero de 2020

Carta de despedida de Oviedo


Hola a todos. Poco a poco voy completando mi blog.  En esta ocasión traigo un escrito, que en su día fue muy emotivo para mí. Se trata de una carta de despedida a Oviedo (España), ciudad donde viví 12 años de mi vida.

Este artículo es una reflexión sobre la vida, los caminos que cada uno seguimos y lo más importante,  la gente con la que nos encontramos. Espero que os guste ahí va.

Vetusta, merece…. Un tratamiento particular.

El agradecimiento especial. Que a la ciudad de Oviedo, y a su Antiguo, quiero dedicar.  A su gente… al día a día de su pasear. A los años contemplando tus calles. Tus bares, tus rincones… Tu arrabal, Paladeando tú ambiente al caminar. Lo hago en el día a día… En mis noches de paseo… Por mi Oviedo… por Vetusta. Por los lugares donde habito… Por su barrio del Antiguo…

Cruce de caminos: ¡Gracias, Oviedo!

La Plaza del Ayuntamiento, una sidrería, un culin, unos bígaros  y un recuerdo. Paladeando tú ambiente al caminar. Lo hago en el día a día… En  mis noches de paseo… Por los lugares donde habito… Por su barrio del Antiguo… un hermoso lugar donde pasear.

Me desplazo junto al Campillín  Camino, hacia la calle Carpio y pasando por la Plaza del Sol, en ella bares antiquísimos  como “el Campa” o el Cafetón… Y junto al Ayuntamiento “La Consistorial” frente al bar, al arco que da entrada… a la Plaza de Trascorrales… Yo continuo recto, a la plaza del Ayuntamiento, con la Iglesia de San Isidoro al frente, en la noche plácida de la añoranza.

Tranquilamente… Mi esposa a mi lado y  me hablaba, como siempre de nuestros hijos, de lo tranquila que se encontraba. Plaza de Trascorrales, y el Fontan. Su limpieza, su cultura y su forma de hablar.  Su expresión tan particular del ¡oh! Final. Y con esa ironía en tus bromas, Pueblo Asturiano… Con ese orgullo tan especial, muy atento hay que estar. Para saber escuchar y saber separar, tu humor con la seriedad de tu hablar y que en algunas ocasiones,  se convierte en sarcasmo.

 Eso sí... siempre recordaré a Vetusta como si la conociese de siempre. No se debe ser parco en palabras al expresar este sentimiento. Existen ocasiones en las que agradecer. Es lo mínimo que podemos hacer. Por el legado heredado de su educación su cultura y su amistad.  Un bonito agradecimiento escrito.  Es lo que mejor se me da.

 “Oviedo”. Y es que ha llegado el momento del cambio. No puedo decir que soy auténtico, ya que precisamente regreso a la ciudad que me vio nacer,  Baena (Córdoba). Pero sí puedo decir que Oviedo ha sido mi casa durante un largo periodo de años,  prácticamente una vida y que ha sido para mí como  una casa compartida con otras muchas personas que en determinado momento de mi vida, y sus vidas, se alinearon en el camino y decidieron compartirlo, durante unos minutos, una tarde o algunos años.

 Oviedo ha sido para mí un escenario de encuentros. En un entorno donde pudiera parecer que no hay una gran variedad de cosas para hacer y personas por conocer.

Sin embargo, la realidad es muy diferente, he podido aprender y disfrutar, conociendo a su vez  a una variedad de personas que abarca variadas edades a infinidad de nacionalidades. Muchos de ellos se transformaron en amigos que aún hoy conservo.

Y es que, la vida es un cruce constante de caminos personales. Hay personas que pasan a nuestro lado sin tocarnos a pesar de compartir buena parte del camino. Otras en cambio y aun en periodos de escasos días dejan una huella imborrable en nuestro corazón.

Oviedo me ha permitido todos esos encuentros, todos esos cruces de caminos que me han hecho como soy actualmente, una persona muy satisfecha de la vida a nivel personal

Ha llegado el momento de partir, en unas horas cogeré mi coche y me trasladaré para Baena (Córdoba), una nueva vida y otra porción del camino. Pero antes de que eso suceda quiero volver  la vista atrás, y decir, a Oviedo y todas esas personas con las que me encontré ¡MUCHAS GRACIAS!

 

 

 

 

 


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