lunes, 27 de agosto de 2012

RECUERDOS ENCARCELADOS

DE QUE VALE

¿De que vale un rostro? Si lo que importa es la esencia.
¿De que vale un perfil? Si cualquiera lo puede fingir.
¿De que vale una visión? Si lo que llega es el corazón.
¿De que vale hablar por hablar?
Si con solo una palabra la orbita de la vida puede cambiar.
¿De que vale la compañía si igual la ausencia se hace notar?
La soledad no es mala amiga cuando se necesita hallar la paz.
¿Un abrazo sin sentir? No tiene razón de existir…
¿Una mirada sin profundidad? Es no ver el reflejo de la luna en el mar.
¿La vejez sin sensatez? Es como la estupidez jugando ajedrez…
¿De que vale la sabiduría? Sino se reconoce el error…
¿De que vale la misericordia? Sino hay perdón...
¿De que vale escribir? Sino hay lector que se identifique con la creación…
¿Qué cambia si mi sombra se refugia en la oscuridad?
Si cuando llegue su hora de brillar, ni el sol la podrá opacar.
¿De que te sirve saber quien soy?
Si mi alma no se llega a ver, y es la mejor parte de mí ser.
DESDE EL OTRO LADO

Me cerraron todas las puertas abstractas y necesarias.
Corrieron las cortinas de todas las ventanas a mi paso.

 Desperté en la misma vida en que me había dormido.
Hasta mis sueños se sintieron falsos al ser soñados.
No sé que destino o futuro compete a mi angustia sin timón;
No sé qué islas del imposible Sur me aguardan;
O qué inspiración me dará al menos un verso.
Ondeando al conjunto ficticio de los cielos estrellados,
El esplendor de la falta de sentido de la vida...
¡Tocad mi marcha fúnebre en cualquier verbena!
Quiero cesar sin consecuencias...

           


RECUERDOS DE BAENA


Cuantas Semanas Santas he visto desde el lugar que me encuentro, me imagino el escenario donde se realiza la eterna escena de Adán y Eva en el paraíso y yo me encuentro bajo su improvisado escenario que cada año se monta en el lugar donde estoy viendo amanecer, en una mañana del mes de Agosto con mi proyector mental a cuestas viendo sus secuencias inolvidables.
Seguía mi camino hacia la plaza de palacio, llegando a la sacristía que estaba situada bajo el arco que comunicaba el convento de clausura con las murallas del castillo.
Con mi edad y por el recorrido que hacia siempre iba en mi mundo de historias que me contaban los mayores y otras que las creaba yo mismo, unas caballeresca cuando llegaba a la fuente de la tela que estaba situada bajo las murallas del castillo y caminando junto a ellas recordando grandes batallas entre moros y caballeros cristianos que Vivian en lo mas lujoso de la villa que era la Al Medina en su época medieval con los duques de Sessa y señores de Baena en su palacio.
En la plaza del Coso, donde se reunía el ganado y el grano para su venta y se encontraba en los extramuros del castillo.
Otras veces recordando la sangrienta guerra civil, que por cierto y según me contaba mi madre, por la calle el Moral en dirección al paseo, bajaba un riachuelo de sangre asta la calle Llana debido a la cantidad de gente que fusilaban en el paseo y allí los cadáveres se amontonaban en la plaza. Lo curioso de esta historia es que yo no la viví y siempre en estos sucesos hay dos versiones, así que yo respeto a las dos.”
Imaginando que podemos
vivir como imaginamos,
que lo deseado tenemos
que nada más deseamos
porque desear no podemos.

Lo que soñamos ayer
imagina realidad,
que realidad es querer,
lo que se quiere de verdad
aunque nunca pueda ser.

La vida de aquel que sueña
Es mejor que la otra vida
Porque en su sueño se adueña
Y acaricia y ve crecida
La ilusión que fue pequeña

FRAGANCIA DE BAENA



Olor a alpechín y orujo, campo de olivos somos.
El olor a romero, albahaca y tomillo de tierra serrana. 
Cuando la Semana Santa se acerca el olor a magdalenas y pestiños,
se mezclan con el de las velas el incienso y azahar,
por su fecha su lugar estos olores se mezclan y nos hacen recordar
donde estamos y cada lugar.
Cuando la primavera llega su olor impregna 
el ambiente de flores y azucenas y del sur la verde yerba buena.
Ese olor a menta y canela que a nuestros cantaores tanta inspiración les llega.
Esa noche de juerga, ese olor a tabaco y alcohol que nos delata la borrachera.
Cuando la tormenta llega olor a tierra mojada, a campo regado a ropa sudada.
Cuando con una mujer estamos su olor es lo primero que apreciamos
y si a un restaurante entramos la diferencia de un chigre y bar con el Olor clasificamos.
Antes que con el paladar la comida la solemos olisquear
y si su olor no nos gusta difícilmente la vamos a probar.
Al fumar el olor perdemos y también el paladar todo nos sabe lo mismo, todo nos huele igual,
cuando en el campo estamos y cerramos los ojos, por sus olores podemos calcular
el lugar en donde estamos, si hay pinos o animales cercanos,
si hay rio, o agua estancada y si en el mar estamos su olor lo delata. 
Los olores en hospitales y salas de curas son muy característicos al igual que entrar en una iglesia.
Eso lo considero poesía”.

jueves, 23 de agosto de 2012

LOS SUEÑOS SUEÑOS SON


LOS SUEÑOS… SUEÑOS SON
Que mayor recuerdo, que los sueños de un soñador… soñador que sueña con sueños imaginarios…..soñador que sueña que una vez fue un príncipe y en ese sueño… soñaba que era mendigo…soñador de recuerdos vividos… en multitud de sueños… Soñados alguna vez… soñador que lleva su mochila llena de maravillosos sueños, como pétalos de rosas esparciéndolos por sus historias narradas en sueños de poeta…

Mi próximo sueño “Antología poética de un soñador”. En el escribo los más tristes sueños… Sueños que alguna vez hemos soñado, deseado, compartido o añorado, pero al fin y al cabo sueños de un soñador soñado…

EL PODER DEL AMOR


EL PODER DEL AMOR

Cuando parece que uno ya no puede ofrecer mucho más, con el corazón seco, la pasión hibernando y la actitud condescendiente, es entonces cuando alguien te sonríe, te mira, te dice que te quiere, y entonces te das cuenta de que para amar simplemente hay que amar. El poder del amor está en nuestras manos, y además, es el único poder que ni la crisis, ni los gobiernos, ni tan siquiera la enfermedad puede arrebatarnos.

AGRADECIMIENTO A VETUSTA

AGRADECIMIENTO A VETUSTA (OVIEDO)

Este relato merece un tratamiento algo particular. El agradecimiento especial.
Que a la ciudad de Oviedo, quiero dedicar. A su gente y al día a día de su pasear.
Llevo ocho años por las calles del Antiguo de Oviedo, paladeando su ambiente al caminar.
Su limpieza, su cultura y como no, su forma de hablar. Su expresión tan particular del ¡oh! Final.
Pueblo Asturiano que con ese orgullo tan particular, con esa ironía en tus bromas,
Que en algunas ocasiones, se convierte en sarcasmo, muy atento hay que estar,
Para saberte escuchar y tu humor separar con la seriedad de tu hablar.
Eso sí... siempre recordaré a Vetusta como si la conociera de siempre.
Aunque mi etapa por las calles de tu ciudad es relativamente efímera.
No se debe ser avaro en palabras al expresar este sentimiento
Existen ocasiones en las que agradecer. Es lo mínimo que podemos hacer.
Por el legado heredado de su educación, su cultura y su amistad.
Un bonito agradecimiento escrito es lo que mejor se me da.

lunes, 20 de agosto de 2012

Los olores definen nuestras raíces, nuestras costumbres, nuestro ser y nuestra cultura.

Olor a alpechín y orujo, campo de olivos somos.
El olor a romero, albahaca y tomillo de tierra serrana.
Cuando la Semana Santa se acerca el olor a magdalenas y pestiños,
se mezclan con el de las velas el incienso y azahar,
por su fecha su lugar estos olores se mezclan y nos hacen recordar
donde estamos y cada lugar.
Cuando la primavera llega su olor impregna
el ambiente de flores y azucenas y del sur la verde yerba buena.
Ese olor a menta y canela que a nuestros cantaores tanta inspiración les llega.
Esa noche de juerga, ese olor a tabaco y alcohol que nos delata la borrachera.
Cuando la tormenta llega olor a tierra mojada, a campo regado a ropa sudada.
Cuando con una mujer estamos su olor es lo primero que apreciamos
y si a un restaurante entramos la diferencia de un chigre y bar con el Olor clasificamos.
Antes que con el paladar la comida la solemos olisquear
y si su olor no nos gusta difícilmente la vamos a probar.
Al fumar el olor perdemos y también el paladar todo nos sabe lo mismo,
 todo nos huele igual,cuando en el campo estamos y cerramos los ojos,
 por sus olores podemos calcular el lugar en donde estamos,
 si hay pinos o animales cercanos,
si hay rio, o agua estancada y si en el mar estamos su olor lo delata.
Los olores en hospitales y salas de curas son muy característicos
al igual que entrar en una iglesia.
Eso lo considero poesía”.

META POESIA DE MI PUEBLO

    Meta poesía de mi pueblo     En algún rincón de este mundo   donde el viento susurra historias antiguas,   se encuentra Baena… Mi pueblo...