A su gente, al día a día de su pasear. A los años contemplando tus calles Tus bares, tus rincones, Paladeando tu ambiente al caminar.
Lo hago en el día a día, en mis noches de paseo…por mi Oviedo, por Vetusta. Por los lugares donde habito…en el Antiguo… un hermoso lugar donde pasear.
Me desplazo junto al Campillín hacia la calle Carpio, pasando por la Plaza del Sol, en ella bares antiquísimos como “el Campa” o el Cafetón.
Y junto al Ayuntamiento “La Consistorial” frente al bar, al arco que da entrada a la Plaza de Trascorrales.
Yo continuo recto, a la plaza del Ayuntamiento, con la Iglesia de San Isidoro al frente. Tranquilamente, en la noche plácida de la añoranza.
A mi lado mi esposa que me hablaba, como siempre de nuestros hijos, de lo tranquila que se encontraba.
Plaza de Trascorrales, y el Fontan. Su limpieza, su cultura y su forma de hablar. Su expresión tan particular del ¡oh! Final. Y con esa ironía en tus bromas,
Pueblo Asturiano que con ese orgullo tan particular, que en algunas ocasiones, se convierte en sarcasmo, muy atento hay que estar,
Para saber escuchar y tu humor separar, con la seriedad de tu hablar. Eso sí... Siempre recordaré a Vetusta como si la conociera de siempre.
Aunque mi etapa por las calles de tu ciudad es relativamente efímera.
No se debe ser parco en palabras al expresar este sentimiento. Existen ocasiones en las que agradecer. Es lo mínimo que podemos hacer.
Por el legado heredado de su educación su cultura y su amistad. Un bonito agradecimiento escrito. Es lo que mejor se me da.
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