La menta nos arrojaba al rostro su aliento mientras que nos escoltaba la frescura del musgo.
El olor de la tierra, del trigo y del vino nuevo. De ellos me llega, ahora lo que pienso, un vivo vapor de alegría y de juventud.
Los olores, como los sonidos musicales, sublima dores de la esencia de la memoria.
“Tu olor dormirá en mi corazón hasta el final. Mi infancia se remonta a ese pan de trigo,”
Los olores de la infancia son la fuente de la memoria y el perfume del recuerdo.
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