HAY QUE QUERERSE
Cuando empecé a quererme con todos mis defectos,
Todo me cambio de un modo maravilloso y misterioso.
Empecé a ver el mundo desde muchos ojos distintos.
Cuando empecé a quererme dejé de conformarme,
A tomarme en serio y con gratitud el regalo de la vida.
Empecé a saber que estaba en el lugar adecuado...
En el momento oportuno y entonces pude relajarme.
Sentí una fuerza que me obligaba a bajar el ritmo,
A apreciar la soledad de estar rodeado de silencio,
Sobrecogido y feliz, escuchando el espacio interior.
Descubrí que no soy especial, pero que sí soy único
Cuando empecé a quererme… Redefiní el éxito
y la vida se convirtió en algo muy sencillo.
¡Ah!, que placer al descubrir cuando empecé a quererme
que no tengo que perseguir a la vida,
Si me quedo quieto y tranquilo… la vida viene a mí.
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