Nos acercamos a los últimos alientos que nos otorga el año, a los caminos que, a lo largo de su transcurso, recorrimos y tenemos guardados en una zona recóndita del cerebro en la que se almacenan los recuerdos y que ahora viendo que se nos va de entre las manos, empiezan a discurrir los detalles como una moviola; resurgiendo los momentos, la fatiga de las pendientes que superamos en la famosa cuesta de enero y las paradas para el descanso veraniego; el color de los cielos y los infinitos matices de las hojas del año que se acaba.
En nuestro caminar por veredas y senderos, hemos ido atravesando. En esa película de los personales recuerdos, casi siempre en soledad y rememorando cuando el mes de diciembre va acabando.
Quiero felicitar a mis amigos que nos damos compañía en silencio, fuente donde emanan mis poemas y proyectos, con silencios y gritos de llantos callados, bebiendo de las ideas que vosotros inspiráis en el retorno a la cándida infancia que son su savia....
Gracias a todos vosotros quienes acompañáis a este caminante, a los que iniciasteis entusiasmados el camino y los que, en algún momento, desististeis.
A los que gozáis con mis palabras y a los que, por mi torpeza, hayáis llegado a detestarlas... Jamás caminé solo, todos sin excepción en algún momento transitasteis conmigo este año en “Un paseo por mi mundo” Aquí tenéis el enlace para el que lo quiera.
Para descargar el libro presionar en el enlace
Gracias, amigos míos, de corazón
Un gran abrazo y os espero en el umbral del próximo año